U
na carta. Como tantas otras historias, así comenzó este proyecto: con una carta. Recibimos un sobre de tamaño reducido –más pequeño que un corazón (humano), más grande que una lágrima–, en su interior un papel doblado con una cita escrita en tinta azul –porque como afirmaba Miró, el azul es el color de los sueños–: “Es una verdad universalmente aceptada que todo hombre soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa”.
A partir de las palabras de apertura de Orgullo y prejuicio erigimos el Proyecto Austen. Al igual que hiciera la escritora inglesa en su novela, tomamos como protagonista de nuestro proyecto a Elisabeth Bennet. Lizzy es el alma del proyecto. Sin embargo, nos atraía la idea de proyectar su figura en el futuro, nuestro presente, y así establecer un diálogo imaginario entre dos mujeres capaz se atravesar el tiempo y el espacio. Es así como surgió nuestra Lizzy del siglo XXI.
Elegimos siete categorías a través de las cuales revelar la cotidianeidad de las dos mujeres. No solo queríamos describir la situación de las jóvenes en el siglo XIX y en el XXI, sino que además nuestra pretensión fue la de contraponer ambas, como en un espejo, para prender en el ánimo del lector la siguiente pregunta: ¿Hemos cambiado?
Este viaje fue solo posible gracias a la imaginación. Partimos del personaje creado por Jane Austen, le inventamos una vida más allá de la novela y creamos un avatar nacido dos siglos más tarde con la intención de que ambas Lizzies, con sus diferencias y convergencias, se reunieran para tomar una taza de té a las cinco de la tarde.
Cheers!
El orgulloso y desprejuiciado equipo Austen
Curso “Escritura y lectura 2.0”
Biblioteca José Luis Sampedro
Madrid, invierno 2018